FANDANGOS

  • Estilo arraigado en el folclore y, por tanto, anterior al cante jondo. Según algunos autores, es la "fuente" primigenia. árabe, americano, incluso portugués; las teorías sobre sus orígenes son diversas.

    El compás, de doce tiempos, es ternario, un 3X4 puro.

    Los fandangos locales se flamenquizan progresivamente, con las aportaciones individuales de los cantaores personales.

    En este grupo, se incluyen todas las variantes territoriales: los verdiales y las rondeñas malagueños; el fandango de Huelva; la granaína y la media granaína; y el taranto, la taranta y la cartagenera almeriense (los llamados cantes de las minas).

    A partir, sobre todo, del fandango de Huelva, y dándole el carácter propio del cante jondo, surgen los fandangos naturales, que llevan impreso el sello personal de cada cantaor, de gran popularidad desde mediados del siglo XIX. Los estilos principales son los de Niño Gloria, Manuel Torre, José Cepero y Manolo Caracol basados, respectivamente, en los fandangos de Huelva -los dos primeros-, la granaína y la malagueña.

    Cantaores como Manuel Vallejo, Pepe Marchena, Pepe Pinto, Fernanda de Utrera o Chocolate han hecho del fandango su número estrella.


    Malagueñas

    Estilo flamenco proveniente del fandango local malagueño. Este cante, uno de los más destacados de los de levante -denominación que engloba a los palos originarios de Andalucía oriental-, se caracteriza por no estar sujeto a ritmo, lo que permite al cantaor introducir filigranas vocales y alargar los tercios a placer.

    Alejado de su origen folclórico, este cante fue engrandecido ya desde finales del siglo XIX por cantaores tanto malagueños -Juan Breva, El Canario, La Trini...- como no malagueños -Antonio Chacón, Enrique el Mellizo...-.

    De ellos, destacan Antonio Chacón, quien revolucionó el estilo, dejando hasta cinco estilos diferentes; y Enrique el Mellizo, cuya malagueña -se dice que inspirada en los cantos litúrgicos-, goza actualmente de gran seguimiento, sobre todo, en Jerez y Cádiz.

    De los cantaores contemporáneos son relevantes Diego Clavel, que en "La malagueña a través de los tiempos" recopila casi medio centenar de estilos, José Mercé, que se basa en El Mellizo y lo actualiza, Enrique Morente, más fiel a Antonio Chacón, Fernando Terremoto hijo...

    Y en el baile, hay que subrayar el trabajo actual de la bailaora Rafaela Carrasco.


    Verdiales

    Los verdiales son cantes del folklore malagueño, considerados la forma más primitiva de fandangos de esta zona del oriente andaluz.

    La denominación procede de una variedad de aceituna de la comarca olivarera malagueña que aún madura, se conserva verde.

    Tiene, como el fandango, compás ternario básico. Como cante folklórico se conserva en las agrupaciones llamadas pandas, en las que intervienen además de voces, guitarras, violines, bandurrias y panderetas, al son de un ritmo trepidante y monótono.

    Como cante flamenco, para cantaor solista, más pausado y sólo acompañado por guitarra, aún perdura la forma que asentó Juan Breva. Suele emplearse como remate de las malagueñas.

    El Cojo de Málaga, Manuel Vallejo, Fosforito, Perico el del Lunar, Camarón y, más recientemente, Guadiana (curiosamente, versionando "El extranjero" de Georges Moustaki) han dejado registrado este estilo.

    No es frecuente verlo bailado en flamenco, pero Rafaela Carrasco remata así su celebrada malagueña.


    Granaínas

    Estilo flamenco levantino perteneciente al grupo de los fandangos, de cuya variante granadina procede.

    Una de las peculiaridades de la granaína es que es de ritmo libre, por eso sus rasgos distintivos están en los ornamentos melódicos y en el acorde de guitarra.

    En sus orígenes, destaca Frasquito Yerbabuena; si bien quien fija su forma flamenca es Antonio Chacón y quien lo acompañaba a la guitarra, Ramón Montoya, tras estudiar los cantes granadinos a finales del siglo XIX.

    También toma rasgos de la malagueña; de hecho, José Cepero cantaba lo que denominaba "granaína malagueña".

    De la media granaína se diferencia en la melodía (es casi invariable en ambos casos) y en el talante, es decir, la granaína es más comedida y la media granaína (que no va precedida por ayeo) es más valiente, más barroca.

    Manuel Vallejo, Juan Mojama, Manuel Centeno y Pepe Marchena, entre otros, sobresalen en ambos cantes.

    En el baile, destaca el reciente trabajo coreográfico de Eva Yerbabuena.
    Publicado en www.flamenco-world.com